La boda de Maroto acabó en Las Vegas
- Adrián Resa
- 22 sept 2015
- 2 Min. de lectura
El exalcalde vitoriano se despertó al día siguiente en un motel junto a Mariano Rajoy y Bradley Cooper.

El viernes 18 de julio, Javier Maroto, exalcalde de Vitoria-Gasteiz, contrajo nupcias en la capital alavesa. A la ceremonia acudieron rostros conocidos y altos mandos del PP, tales como Soraya Sáenz de Santamaría, Mariano Rajoy o María Dolores de Cospedal.
Después de que Javier y José Manuel se dieran el “sí quiero”, todos fueron al restaurante “El Caserón”, donde aún perduraban en la alfombra restos de vomitonas de Nochevieja.
Tras impregnar el ambiente con dieciocho botes de ambientador de pino y retirar el cuerpo etílico de un quinceañero del servicio, el banquete dio comienzo. Todos comieron y se lo pasaron en grande mientras sonaban canciones de Eurovisión, Pablo Alborán y Objetivo Birmania.
Sucedió el banquete sin un solo “que se besen” procedente del Partido Popular y, tras él, la apertura de baile entre Javier Maroto y su marido. La pareja sorprendió a todos los presentes con un baile nupcial que mezclaba “My Heart Will Go On” de Celine Dion con “Animals” de Martin Garrix. Todos los convidados se pusieron a bailar, en especial Soraya Sáenz de Santamaría, que se acercó con ritmo sabrosón a la mujer de Rajoy para decirle “este tema me flipa”.
Las copas y el (t̶w̶e̶r̶k̶i̶n̶g̶) baile empezaron a hacer efecto, y Javier Maroto y el presidente del gobierno se sentaron en una mesa alejada del meollo. Mariano se sacó dos puros del bolsillo interior de la americana y compartieron confidencias con Cuba entre los labios, anhelando deseos de vivir aventuras aquella noche.
Por ello, y tras un “no hay huevos”, ambos se subieron al helicóptero privado del presidente junto con Carlos Floriano, que amenazó con chivarse a sus respectivas si no le dejaban ir. Llegaron al aeropuerto de Foronda, donde se subieron a un avión aparcado. Floriano se puso en el puesto de piloto, asegurando que había visto “más de un tutorial en Youtube”.
A pesar de que el portavoz del PP aterrizara en Madrid tras confundir Las Vegas con “Las Ventas”, consiguieron llegar a la ciudad del vicio antes del alba.
Allí se alojaron en el Palazzo, cortesía del contribuyente, y Floriano trajo unos chupitos de licor de manzana para tomarlos en la azotea del mismo. Los tres bebieron sus tragos bajo la consigna “España es una y no cincuenta y una” y “El que no apoya no folla”.
A partir de ahí, la meca del pecado les llevó por todos y cada uno de los carriles de la degeneración.
A la mañana siguiente, Maroto, Rajoy y Bradley Cooper se despertaron en un motel desnudos; rodeados de dinero, alcohol y muñecas hinchables. Ninguno recordaba nada. Y nadie supo cómo llegó hasta ahí Bradley Cooper. Ni él mismo.
Actualización
Carlos Floriano ha publicado en Twitter una fotografía en Las Vegas junto a Charlie Sheen. En ella aparece con colorete y picardías bajo el título “Por fin puedo ser yo”. La cúpula del PP se pronunció al instante: "No se espera que regrese pronto".
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