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Cuando Nicolas Cage fue blusa...

  • Iñaki Roldán
  • 3 ago 2015
  • 2 Min. de lectura


“Fue el Hemingway vitoriano, pero nadie se lo ha reconocido.”


Corría el año 1975 cuando un joven Nicolas Cage llegó a la capital alavesa dispuesto a disfrutar de unos días de fiesta con sus nuevos amigos de la cuadrilla de blusas “Los Txismes”. “Por aquel entonces no sabía mucho castellano y se limitaba a decir O.K. levantando el dedo gordo cuando le hablábamos; eso sí, kalimotxo lo pronunciaba como si hubiese nacido en una txosna” recuerda Antxón Usurdaga, quien compartió interminables noches de fiesta con él. “Era un tío muy tranquilo, pero cuando llegaba la noche cambiaba completamente… aunque solo por dentro, porque mantiene la misma cara desde hace cuarenta años” matiza Antxón, quien también recuerda lo mucho que disfrutaba en las verbenas de Joselu Anaiak: "la canción Ay Anselma! en realidad está dedicada a él, así es como le llamabamos en la cuadrilla."


Cuando Jose Luis Isasi dejó de encarnar a Celedón, la comisión de blusas y neskas le ofreció a Cage coger el testigo, a lo que él acepto; pero pocos días antes del 4 de Agosto de 1980 se echó para atrás, ya que le habían surgido otros proyectos en Los Ángeles y le era imposible acudir ese año a las fiestas. “Aquello nos sentó muy mal, de hecho ya teníamos el muñeco preparado y todo”. Muñeco que, por cierto, aún hoy sigue usándose. (Ver foto)


28 años después, tras el fracaso de su película "Bangkok Dangerous" fue él quien llamó al presidente de la comisión de Blusas y Neskas para ver si el papel de Celedón todavía seguía vacante. Era tarde, Gorka Ortiz de Urbina llevaba ya tres años como Celedón y no tenía intención de parar. “A lo largo de toda su carrera profesional Nicolas ha perdido muchas oportunidades, y esta, símplemente, fue otra más” declaró su manager en una entrevista a la revista Vanity Fair.


Según sus compañeros de Cuadrilla, donde Cage más disfrutaba era en los fuegos artificiales y en el paseíllo de ida “en el de vuelta ya iba un poco pasado y era imposible decirle nada sin que te mirara fijamente con esa mirada que tiene”."Tenía algo especial que hacía que les encantara a las neskas, pese a su raro sentido del humor" comentaba entre risas uno de sus amigos.


“Siempre quisó retomar la relación con sus antiguos compañeros de cuadrilla, pero cada vez que intentaba buscarlos en internet el buscador le redirigía al Vitoria de Brazil, lo cual le confundía mucho” explicaba otro de sus amigos. “Al igual que Hemingway con Pamplona, Cage contribuyó a que estas fiestas se conocieran en su tierra californiana y aún hoy, nadie se lo ha reconocido” se lamenta Usurdaga, quien ya ha pedido en varias ocasiones que el Celedón de Oro le sea entregado a él. Aunque matiza que tampoco hay prisa, “físicamente se le ve igual que cuando era joven, así que tampoco hace falta correr” pero espera que sea antes de que haga otra película “a ver si se conforma con el premio y deja a Hollywood en paz”.



Si esto te ha sorprendido echa un vistazo a:


--> Nicolas Cage en un paseíllo de blusas (Lamentablemente este vídeo no existe)


 
 
 

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